El impacto de los desastres naturales en las cuentas públicas
Aún no se sabe cuál será el impacto de El Niño costero en la economía. Los analistas siguen midiendo el efecto. Sin embargo, ya se empieza a comparar la potencial magnitud de este fenómeno con la del fenómeno de El Niño de 1998 que arrasó el país.
El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ha anunciado que cuenta con los recursos necesarios para atender la emergencia y reconstrucción, pero se anticipa que estos superarán lo proyectado en el presupuesto del sector público para este año.
Incrementar el gasto público aumentaría, inevitablemente, el déficit fiscal. “Pero en este contexto, hay que hacerlo”, subraya Carlos Casas, profesor de la Universidad del Pacífico.
La meta del déficit fiscal para este año se fijó en 2,5% del PBI y en febrero la cifra anualizada cerró en 2,7%. De mantenerse la meta sin cambios, los gastos extraordinarios para la atención de las emergencias y la reconstrucción obligarían a que se sacrifique la ejecución de gastos ordinarios, advierte el economista Luis Alberto Arias.
“Estos gastos [extraordinarios] no deberían contabilizarse para efectos del cumplimiento de la meta fiscal”, afirma Arias, quien considera que la atención de la emergencia justifica que crezca el nivel de endeudamiento del Estado. Así, recomienda ampliar la valla del déficit para el 2017 de forma excepcional para que se pueda “gastar con tranquilidad”. Para ello, se requiere que el Congreso apruebe el cambio en la trayectoria fiscal.
RECONSTRUIR Y REACTIVAR
Esta semana, el presidente del Banco Central de Reserva, Julio Velarde, sostuvo que el gasto público que se hará para reponer al país de los daños sufridos será un dinamizador de la economía.
Sin embargo, la última experiencia reciente de reconstrucción vivida por el Perú tras el terremoto de Pisco reveló una gran ineficiencia en el gasto y severos problemas en su ejecución. Por ejemplo, se esperaba que la rehabilitación de la ciudad demoraría tres años, pero casi una década más tarde el proceso no termina. Para ello, Arias recomienda que esta fase se planifique y ejecute apenas termine la catástrofe.
“Estas cosas no pueden volver a ocurrir [como en Pisco]. Tienen que establecerse procedimientos expeditivos para poder gastar oportunamente el dinero y no dos o tres años después”, concluye Arias.
“Este fenómeno pone a prueba la capacidad del Estado para reaccionar ante un desastre natural, pero también evidencia las tremendas falencias institucionales que tenemos”, resalta el economista de la Universidad del Pacífico Flavio Ausejo. Añade que el siguiente punto en la agenda es trabajar en los mecanismos de gestión y prevención de desastres para hacer al país más resiliente ante estos fenómenos.http://elcomercio.pe/economia/peru/impacto-desastres-naturales-cuentas-publicas-noticia-1976722